domingo, abril 23, 2006

Los peligros de los consejos

Todos tenemos la tendencia natural a hacer apología de nuestros gustos y preferencias. Desde el amigo bienintencionado que nos intenta convencer de que leamos determinado libro, o de que no nos perdamos tal o cual película, al hijo de puta de bacaladero que se pasea con la ventalla abierta y el brazo colgando, obligándonos a disfrutar con el ruido que hacen sus dos neuronas al chocar, amplificado hasta el infinito.
Es un error en el que todos caemos y que no lo podemos eludir, es como la ley de la gravedad, no hay nada que hacer.
Yo, para ser coherente con mis propias ideas caí en el, y hace unos días convencí a mi amigo Luis de que viese la serie de House.
Cundo la siguiente semana le pregunte si la había visto, esta fue la respuesta:

_ ¡Chico calla!, me pone malo, casualmente fui a ver un capítulo en el que al paciente le pasaba lo mismo que a mi.
- (Cara de ¡amos no me jodas!, por mi parte)
- Si, “Piloromenigits renal caucásica”. Que me lo ha dicho el médico.


Se supone que las series están hechas para que cada uno se sienta identificado con un personaje cuyo carácter y comportamientos le sean mas afines.

Moraleja.

Tengan la precaución de no recomendar:

- Las series de policías a los amigos delincuentes.
- Las películas de vaqueros a los amigos indios.
- Y las series de médicos a los amigos hipocondríacos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

"Piloromeningitis renal caucásica" también conocida como "Pringadez aragonesa supina". Y si ve los pitufos, ¿se pone azul?

Anónimo dijo...

Ves lo que has conseguido por hacerle quedarse una noche en casa, no solo le duele, sino que además sabe como se llama. Y te lo dirá a menudo.

Anónimo dijo...

Soy la víctima del consejo.
Lo cachondo es que no llegue a ver el capítulo entero sino un fragmento central del mismo en el que diagnosticaban al sujeto el referido prolapso, concretamente.
No obstante me persiguen un cumo de casualidades o causalidades, vaya usted a saber.