Los podemos encontrar cualquier día del año, de lunes a viernes y en horario de oficina. En la plaza de Salamero tienen su particular cueva de Ali Baba.
Son los jubilados receptadores.
No se trata de una nueva especie de dinosaurios, sino de los delincuentes de la tercera edad que se juntan cada día a la espera de que los rateros profesionales vengan con sus variadas mercancías para pujar ávidamente por ellas. Relojes, latas de conserva, champús o radiocasetes con MP3, todo tiene interés cuando el precio está a la mitad que en la tienda.
Mientras les observaba llego el esperado proveedor, un fornido gitano en una moto de trail que traía sorpréndase ustedes, unas zapatillas deportivas que vendió rápidamente. No creo que el comprador vaya a utilizarlas, seguramente no serán ni de su número pero seguramente pensaría que había engañado al mangante pagando mucho menos de lo que valían, y ya se sabe que para quién roba a un ladrón hay cien años de perdón.
No me atreví a sacar ninguna foto de la transacción porque alomejor no les hubiese parecido muy bien si me descubren, y del gitano de la moto podría haberme escapado, pero del jubilao con las Adidas no me salva ni el guerrero del antifaz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario